6 de julio de 2006

Los deberes de pedro




Pedro se sienta en los últimos bancos de aula, como corresponde a un chico que desdeña la educación y la vecindad de los poderosos. Las conspiraciones y los batifondos nunca lo hallan ajenos. Busca el riesgo de las transgresiones y la compañía de los más beligerantes. A veces lo tientan el estudio y la inteligencia.
Entonces, como quien acepta un desafio, como una compadrada, resuelve arduos problemas de regla de tres y cumple los dictados sin tropiezos.
Un día, la maestra le acaricia el pelo tiernamente. El piensa:
-ay, señorita….si supiera como me gustaría regalarle una flor y darle un beso.
Pero pedro sabe quien es y conoce su deber y su destino. Con una gambeta se aleja del afecto inoportuno y va a buscar la gloria allá en el fondo, donde los malandras se empeñan revoleando los tinteros para que se cumpla mejor el divino propósito del universo.

Un cuentito de Dolina
http://www.elnegrodolina.com.ar

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