6 de noviembre de 2011

Marioneta



Tenía aquella casa no sé qué suave encanto
en la belleza humilde del patio colonial,
cubierto en el verano por florido manto
que hilaban las glicinas, la parra y el rosal...

¡Si me parece verte!... La pollerita corta,
sobre un banco empinadas las puntas de tus pies,
los bucles despeinados y contemplando absorta
los títeres que hablaban inglés, ruso, francés.

¡Arriba, doña Rosa!...
¡Don Pánfilo, ligero!...
Y aquel titiritero

de voz aguardentosa
nos daba la función.
Tus ojos se extasiaban:
aquellas marionetas
saltaban y bailaban,
prendiendo en tu alma inquieta
la cálida emoción...

Los años de la infancia risueña ya pasaron
camino del olvido, los títeres también...
Piropos y promesas tu oído acariciaron...
te fuiste de tu casa, para jamás volver.

Allá entre bastidores, ridículo y mezquino,
claudica el decorado sencillo de tu hogar...
¡Y tú en el proscenio de un frívolo destino,
eres la marioneta que baila sin cesar!...

Letra: Armando José Tagini
Música: Juan José Guichandut
Año: 1928

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